Una de nuestras obsesiones como humanos es la de comunicarnos a larga distancia. En Sudamérica los chasquis llevaban corriendo de posta a posta los mensajes del Inca a lo largo de todo el imperio y los romanos utilizaban telégrafos de agua para transmitir mensajes entre lugares lejanos.

Los siglos van pasando y la humanidad lo sigue intentando: banderas, reflejos de espejo, palomas mensajeras… ¿cómo conseguir que un mensaje llegue lo más lejos posible lo antes posible y de forma inmediata?

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En el siglo XIX también pensaron en ello pero con un enfoque distinto: querían transformar las ondas acústicas en ondas eléctricas para transmitirlas a grandes distancias a través de conductores metálicos. Y había que inventar un dispositivo para hacerlo. Había que inventar el teléfono.

¿“Señor Watson, haga el favor de venir aquí; le necesito” o “el caballo no come ensalada de pepino”?.

Alexander Graham Bell ha pasado a la historia por ser el inventor del teléfono pero no fue el único, aunque sí el que consiguió patentarlo. Philipp Reis en Alemania, Antonio Meucci en La Habana y Bell y Elisha Gray en Estados Unidos nos hacían oír, desde lejos, algunas de las frases más famosas de la historia.
Escucha la grabación de la voz de Graham Bell de 1884

  • JOHANN PHILIPP REIS

    JOHANN PHILIPP REIS
    "El caballo no come ensalada de pepinos". Éstas fueron las primeras palabras que el físico alemán Johann Philipp Reis dijo en su TELÉFONO en 1861. Parece que eligió esta frase por lo complicada que es fonéticamente en alemán: si conseguía entenderse al otro lado del hilo, era señal de que su teléfono funcionaba.
  • TELÉFONO DE REIS

    Su invento estaba formado por una aguja pegada a un diafragma que captaba las vibraciones del aire generadas por la voz (como hace la base del vaso del juego de niños). La aguja abría y cerraba un circuito eléctrico que se transmitía por un hilo de cobre hasta el receptor. Allí, otra aguja enrollada al cable se movía a su vez a cada impulso de corriente, generando pequeños “click”. Para hacer audibles esos “click”, Reis apoyaba la aguja en la caja de resonancia de un violín y así reproducía el sonido.
  • ANTONIO MEUCCI

    ANTONIO MEUCCI
    En 1849 el médico italiano Antonio Meucci realizó en La Habana una demostración de un dispositivo capaz de transmitir voz. Meucci conocía bien la electricidad y el magnetismo porque, como médico, estudiaba tratar el reúma con esa tecnología.
  • TELETRÓFONO DE MEUCCI

    Meucci pensaba que la modulación del sonido a base de impulsos eléctricos (el método de Reis) no podía garantizar un sonido de calidad, pero que eso se arreglaría si lograba hacer variar la corriente eléctrica conforme variaba la presión acústica. Meucci llegó a construir un dispositivo que sí lo conseguía, el Teletrófono, invento que siguió mejorando hasta 1870 construyendo más de 30 prototipos distintos. En 1871 presentó un “aviso de patente”, pero nunca pudo pagar el dinero para terminar el trámite. Pasados los años, el 11 de junio de 2002, el Congreso de los Estados Unidos reconoció que el inventor del teléfono había sido él y no Alexander Graham Bell.
  • ALEXANDER GRAHAM BELL

    ALEXANDER GRAHAM BELL
    Graham Bell, también médico como Meucci, trabajaba en un “oído eléctrico” para sordos, haciendo que la vibración se convirtiese en electricidad para poder transmitirla. Esa fue la base de su teléfono y de su frase: ”Señor Watson, haga el favor de venir aquí, le necesito”.
  • TELÉFONO DE GRAHAM BELL

    El aparato de Bell estaba formado por una membrana de hierro dulce muy flexible colocada delante de un imán, alrededor del cual estaba enrollado un hilo conductor. Cuando se hablaba delante de la membrana se creaba una vibración en forma de corriente variable. Un conductor eléctrico enlazaba este aparato con otro igual, en el que la corriente eléctrica creaba los efectos inversos a los de la transmisión y reproducía la voz humana. Lo patentó en 1875, un año después de expirar el aviso de patente de su colega italiano Meucci.
  • ELISHA GRAY

    ELISHA GRAY
    Un hecho curioso que desató mucha polémica es que otro inventor, llamado Elisha Gray, también trató de patentar un invento similar al teléfono tan solo unas pocas horas después de Bell. Los dos inventores entraron en una conocida disputa legal que, finalmente, ganó Bell.
  • CUADERNOS DE ELISHA GRAY

    La transformación de las ondas acústicas en ondas eléctricas también es la base del teléfono de Gray, de hecho, sus esquemas y los de Bell son prácticamente idénticos.

HABLANDO DE CHISMES…

Desde el momento en que Bell enseñó su teléfono en la Exposición Universal de Filadelfia de 1876 el invento no hizo más que popularizarse y evolucionar. Desde el “¡Dios mío, esta cosa habla!” del emperador de Brasil Pedro II al ver el teléfono en la exposición, hasta su bautizo como “chisme” en la prensa española del momento, el teléfono dio mucho que hablar.

HISTORIA DE LA EVOLUCIÓN DEL TELÉFONO

LAS INFINITAS LÍNEAS DEL PUNTO POR PUNTO

Pero empiezan los problemas: la conexión entre dos abonados se hacía mediante una línea, es lo que se llama conexión punto por punto. Si se quería hablar con un tercero, se necesitaba otra línea. Pero si queríamos sumar un cuarto, entonces hacía falta otra línea más. Y la cosa se complicaba más si esos cuatro querían hablar entre sí: entonces ya eran seis líneas. ¿Y si son seis los abonados que quieren comunicarse? Entonces son quince las líneas necesarias. ¿Y si fueran mil? ¿y si fueran dos mil? Hacía falta que alguien inventara la centralita.

LA ÚNICA LÍNEA A LAS CENTRALITAS

Las primeras centrales telefónicas eran manuales. Las controlaba una telefonista que establecía las conexiones y la comunicación se basaba, igual que en los primeros teléfonos, en la conversión de las ondas acústicas en ondas eléctricas.

El abonado tenía que llamar a la operadora (así cerraba su circuito de hilos hasta la central, donde se encendía una luz que indicaba cuál era su Jack o su línea; ahí la operadora introducía el cordón de entrada), daba el nombre o el número de la persona con la que quería hablar, y esperaba a que se estableciese la llamada (la operadora seleccionaba el jack del destinatario e introducía la clavija del cordón de salida). Cuando éste descolgaba, se completaba el circuito y la llamada ya estaba operativa.

La primera centralita

La primera centralita manual española se instaló en la Habana y la última fue la de Polopos, Granada. La última operadora, Magdalena Martín (1988).

CENTRAL TELEFÓNICA Standard Eléctrica Modelo 5581 – Ver en el Museo Ciencia

DE CÓMO UNA LLAMADA TERMINÓ EN UNA FUNERARIA

En 1893, se desarrolló el primer sistema de conmutación automática.

Almon Brown Strowger, un empresario de pompas fúnebres de Kansas City, estaba convencido de que la operadora de la central de su ciudad desviaba las llamadas de los servicios funerarios a otra empresa de la competencia, concretamente a la de su marido.

En la centralita automática se repiten las mismas fases de la comunicación que en la centralita manual (llamada a la central, trabajo de conmutación y recepción de llamada), pero la información intercambiada con la operadora se convierte en impulsos, frecuencias y tonos.

La CTNE (Compañía Telefónica Nacionales de España, la primitiva Telefónica) utilizó esta maqueta en diferentes ferias por todo el país con el objetivo de mostrar las nuevas tecnologías que la compañía estaba instalando y enseñar el funcionamiento de los teléfonos automáticos con disco.

Y poco a poco el número de líneas fue aumentando y el cielo se llenó de cables.

La solución de Strowger

Inventar un sistema de telefonía sin operadora, un sistema que permitía al usuario llamar directamente, marcando desde su propio teléfono el número del abonado con el que se quería comunicar. Habían nacido las centrales automáticas.

EL CAMINO DE LA CONVERSACIÓN

El teléfono dejó de verse como un lujo y pasó a ser una necesidad, así que las centrales automáticas crecieron para conectar cada vez a más abonados. Ya no son las manos de la telefonista las que hacen el “camino de la conversación”, sino piezas electromecánicas. Aparecen en escena los buscadores, los selectores y los registradores de la Rotary.

CENTRAL TELEFÓNICA Rotary 7A-2 – Ver en el Museo Ciencia

NUEVAS PROFESIONES

Las nuevas centrales trajeron de la mano nuevas profesiones, como la de los “lateros” (llamados así por sus compañeros de transmisiones). Eran quienes se dedicaban en Telefónica al mantenimiento y reparación de los equipos, que eran mayoritariamente rotatorios, es decir, mecánicos.
Ver entrevista a Carlos Nagore.

NUEVAS CENTRALES (Y CENTRALITAS)

El siguiente reto era disminuir los tiempos de la comunicación y el nivel de ruido de la llamada. Con la Pentaconta, de los dos segundos se pasa a los treinta milisegundos y a la desaparición de los ruidos. Con la Teide también desaparece el cableado: la voz se convierte en señal digital y se traslada por sistemas de circuitos. Ha empezado el futuro.